INCREDIBLE INDIA

Ayer después de estar toita la tarde con el culo plantado en el sofá viendo Perdidos y alucinando en colorines de lo chupi que es esa isla, preguntándome que hacia un oso polar en una isla con clima tropical, que porque el uno empezaba a andar, porque el otro buscaba a su padre muerto que parecía una aparición y que luego parece que se había salido del ataúd cuando parece ser que estaba muerto, y el otro como podría ser tan malo con lo bueno que esta, y el hermano de la pija que ojazos y que no le hacen falta gafas de sol ni nada de nada oye, que apañao…

Bueno a lo que voy, que no se como he podido vivir sin haberme enganchao a esa serie hay que ver oye… las cosas que no he visto…

Bueno a lo que voy again… que desde que me conozco divago.

Que después de esto echaban un reportaje de Callejeros Viajeros y si ya de por si Callejeros mola si encima se van de España pues tenia que molas tres pueblos más y encima como primer episodio, pa estrenarse se fueron hasta la India, HASTA LA INDIA NA MENOS…. Esto si que no me lo podía perder.
Como soy precavida con mi salud, pensé que a lo mejor no podía ser bueno estar tantas horas delante la tele así que me conecte un poco por aquí, pa descansar la vista ná más.

Pues cuando empezó el documental, o lo que fuera, me vinieron un montón de recuerdos de aquel viaje, lo primero es la sensación de ahogo que te invade en cuanto sales del aeropuerto, aparte del calor asfixiante que hace (es como el de Alicante pero multiplicado por mil) son los olores, los colores, la gente, los sabores, la suciedad, los niños… todo…

Todo es tan diferente todo es tan caótico y a la vez esta todo tan colocado… aun recuerdo el primer collar de flores que me pusieron y cuando empecé a estornudar, y cuando nada más llegar al hotel el primer “namasté” que escuche con las palmas juntas pegadas al pecho.

Luego salí a la calle para unirme al resto del grupo, con el guia, parecía que íbamos raptados porque directamente desde el hotel nos montamos en un coche y nos dejaron en la entrada de un templo donde lo primero que hicieron fue taparme el pelo. No sabia donde mirar todo era impresionante.
Luego, cada segundo después vino lo mejor, y luego lo mejor una y otra vez. Los niños, con esas caritas pidiéndote “a pen” “eat””fruit” y finalmente cuando ya te tenian en el bolsillo “1 rupy” ¿Cómo no se la ibas a dar? Aunque los guías nos repetían una y otra vez que así no se combatía la pobreza y que la felicidad del niño al que le dabas algo no era gratificante si la comparabas con la pena del que se quedaba sin nada.

La suciedad, como estaba todo de guarrería, anda que no me remangue veces los pantalones para que no se me mancharan hasta la rodillas, pero quizá lo más sorprendente de todo es lo limpios que van ellos, todos están impolutos, por lo menos la gran mayoría, y no huelen mal, huelen a especies pero no huelen mal, ya quisieran muchos en el metro oler como ellos.

Y el mercado… y la de moscas que había… esperemos que los del hotel donde comíamos no comprara allí porque si no…. Y como median la calidad d e la leche… simplemente metiendo la mano hasta el sovaquillo para ver si era desnatada, semi o entera… poco me gustaba la leche pero creo que durante 15 días no la probé.

Y las indias, lo guapas que son, lo indios no, son mu feos, bueno alguno guapo habrá como no. Pero las indias son guapissisismas, y encima como llevan esos saris tan espectaculares, con esos colores hacen que vuelvas la cabeza para mirarlas.
Pero con todo y con eso se ve que yo les parecí algo exótico, algo fascinante porque en to el medio del Taj Majal me rodearon, me pusieron un bebe en los brazos y se hicieron mil fotos conmigo, ese fue uno de los momentos divertidos de ese viaje, ese y cuando me dio por hacer de Indiana Jones en medio de los templos Eróticos de Kuajuraju, con pañuelo a la cabeza y todo… anda que cuando me daaaa…

Pero quizá lo mejor de todo lo que vi, lo mejor de aquel país, mejor que los olores, los sabores, los calores, mejor que el viaje en tren el primera clase sin tener que compartir el asiento con una gallina, mejor que las vacas sagradas en medio de las calles, mejor que dormir en un palacio de un maharajá, mejor que no haber cogido ninguna infección gastrointestinal, mejor que los tropecientos mil collares de flores y las mil manchas en la frente rojas para queme dieran fortuna, lo mejor mejor de todo es la gente.
Esa gente que nunca perdía su sonrisa, su blanca sonrisa que relucía, no ya tanto en su morena cara, si no entre tanta miseria material y tanta abundancia espiritual… si alguna vez me pierdo y no aparezco buscarme en la India que allí estaré

NAMASTÉ